viernes, 23 de septiembre de 2016

COTTON MATHER y los juicios por brujería en Salem


Fragmento de LAS MARAVILLAS DEL MUNDO INVISIBLE

Autor: Cotton Mather (1663 -1728, Boston, Massachusets Bay Colony.)
Traductor: Pedro Peña

Cotton Mather fue un ministro puritano norteamericano y, como tal, una de las voces religiosas más influyentes a fines del siglo XVII y principios del XVIII. Dedicó gran parte de sus escritos al combate contra la brujería y a justificar los famosísimos juicios realizados en Salem en 1692. Particularmente a través de LAS MARAVILLAS DEL MUNDO INVISIBLE, publicado en 1693. Sus múltiples obras fueron causa de controversia incluso entre sus contemporáneos, y aunque al final de esta breve introducción al tema él mismo se deslinda de los juicios, hay testimonios que lo ubican presencialmente, y en primera línea, en las ejecuciones. Un personaje complicado. Una suerte de teórico inquisitorial puritano dispuesto a prodigar ajusticiamientos sin mayores consideraciones. Y, además, desde una perspectiva que podríamos llamar científico-médica, un defensor de la vacuna contra la viruela. Ortodoxo en la religión y progresista en la ciencia. Como para demostrar que en una misma vida hay espacio para casi todo.


Los primeros plantadores de estas colonias fueron una generación elegida de hombres, tan puros como para renegar de las muchas cosas que consideraban necesitadas de reforma en otras partes, y, aun así, tan pacíficos que abrazaron un exilio voluntario en el desierto americano, escuálido y hórrido, en vez de vivir en disputa con sus hermanos. Aquellos buenos hombres imaginaron que legarían su posteridad en un lugar donde nunca se verían las incursiones de la blasfemia o la superstición. Y una persona reconocida, retornando desde allí pudo, en un sermón ante el Parlamento, declarar: “He estado siete años en un país en el que nunca vi un hombre borracho, ni escuché un juramento, ni una blasfemia, ni vi ningún vagabundo en las calles en todo aquel tiempo...”.
Pero ¡ay!, los hijos y los criados de aquellos viejos fundadores deben soportar muchas plantas degeneradas, y ha aumentado ahora el número de gente inclinada en una dirección distinta a la de nuestro Josué1 y de los ancianos que le sobrevivieron. (...) Para hacerlo breve, aquel interés en el Evangelio, que era el mensaje y el encargo de nuestros padres para este lugar del fin del mundo, ha sido negado y pospuesto en demasía, y los logros de una generosa educación, devaluados por las multitudes que han caído ahora en una exorbitante maldad. Y algunos, especialmente nuestros jóvenes, cuando se han ido lejos de las restricciones aquí impuestas sobre ellos, se han vuelto extravagante y abominablemente maliciosos. Es así entonces que la felicidad de Nueva Inglaterra ha sido solo por un tiempo, como fue dicho, y no por un largo tiempo, como podríamos haber deseado. Una variedad de calamidades ha afligido desde hace tiempo a esta colonia. Y tenemos todas las razones imaginables para atribuírsela a la reprimenda del cielo sobre nosotros, a causa de nuestras múltiples apostasías. No hacemos un buen uso de nuestros desastres si no “Recordamos la razón por la que caemos, nos arrepentimos, y hacemos los primeros trabajos...2”. Pero aun nuestras aflicciones deben llevarse a una consideración más lejana. Hay una causa más profunda para nuestra desgracia. Hay que reconocerlo.
Los habitantes de Nueva Inglaterra son un pueblo de Dios afincado en aquellas que alguna vez fueron tierras del diablo, y puede fácilmente suponerse que el diablo se sintiera de gran manera perturbado cuando se percató de que tal pueblo vendría a cumplir la antigua promesa hecha a nuestro bienaventurado Jesús, de que Él tendría bajo su posesión las tierras más distantes. Irritado por todo esto, el diablo de inmediato puso en práctica toda clase de métodos para derribar a esta pobre colonia. Y de esa manera, gran parte de la iglesia que se aventuró en este territorio salvaje, de inmediato se encontró con que la serpiente echaba por su boca una fuerte riada para arrastrarla lejos. Creo que nunca fueron usados más recursos satánicos para perturbar a ningún pueblo bajo el sol, que los que han sido empleados para la extirpación de la viña que Dios ha plantado aquí, desterrando al pagano y haciendo espacio para ella, permitiendo que enraizara profundamente y llenara la tierra, que enviara sus ramas a través del Atlántico hacia el este, y sus brazos a través del río Connecticut al oeste, y que las colinas fueran cubiertas por su sombra desde entonces. Pero todos estos intentos del infierno han sido hasta ahora abortados, un Ebenezer 3 ha sido erigido aquí para alabanza de Dios por su pobre pueblo, y habiendo obtenido la ayuda de Dios, continuamos hasta este día. Por esta razón, el diablo ahora está haciendo una tentativa más sobre nosotros, una más difícil, más sorpresiva, más enredada en circunstancias ininteligibles que cualquier otra que hayamos encontrado hasta ahora. Una intentona tan crucial, que si salimos bien de ella pronto disfrutaremos de días mejores, con todos los buitres del infierno aplastados bajo nuestros pies. Él ha ordenado que sus legiones encarnadas nos persiguieran de la misma manera que el pueblo de Dios ha sido perseguido en el otro hemisferio. Así es que ha sacado a la luz a las más espirituales de ellas para hacerlas atacar sobre nosotros. Hemos sido advertidos por algunos cristianos de mucho fiar, aun vivos, de que un malhechor acusado de brujería, a la vez que de asesinato, y ejecutado en este lugar hace más de cuarenta años, dio entonces noticia de una horrible trama en contra de este país, a través de los cimientos de la brujería entonces recién dispuesta, que si no fuera convenientemente descubierta, probablemente volaría y tumbaría todas las iglesias del país. ¡Y ahora nosotros hemos presenciado con horror el descubrimiento de esta brujería! Una armada de diablos ha irrumpido sobre el lugar que es el centro y, de alguna manera, el primero de los asentamientos ingleses, y las casas de la buena gente allí están llenas de los pesarosos aullidos de sus hijos y criados, atormentados por invisibles manos con torturas por completo sobrenaturales.
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No distraeré aun más al lector de su tan esperado entretenimiento en este breve informe de los juicios que han sucedido sobre algunos de los malhechores posteriormente ejecutados en Salem por brujería, de la cual fueron convictos. Por mi parte, no estuve presente en ninguno de ellos, ni tuve alguna vez ningún prejuicio personal con respecto a las personas traídas a escena, y mucho menos sobre sus parientes sobrevivientes, con los que y para quienes seré tan cordial deudo como cualquier hombre vivo en el mundo. ¡El Señor los reconforte!




1Alude aquí al patriarca bíblico que sucediera a Moisés y guiara a los israelitas a la Tierra Prometida.
2Mather reformula aquí una cita del Apocalipsis (2:5).
3Nombre dado a la piedra dispuesta como conmemoración de la victoria de Israel sobre los Filisteos.